Lucha
de clases
Tras no poder asistir a la asamblea
de hoy (viernes 13 de enero) por una misteriosa gastroenteritis que me abordó
ayer- es increíble cómo puede cambiar la vida en apena unas horas, sin pensarlo
cambian todos los planes que se tienen- se me queda un mal sabor de boca. Tras
llevar un tiempo sin asistir y pensando que, en un futuro por temas académicos
y demás, me será más que difícil hacerlo me he visto en la obligación moral de
compensarlo con un artículo improvisado (como todos los que he escrito
siempre).
Después de recordar la reflexión de un
profesor de la Universidad el otro día en clase- la cual me gustó bastante por
su calidad y porque no me la esperaba- he encontrado base argumentativa para
este artículo. Dicha reflexión era muy compleja pero sencilla a la vez, como un
caos rutinario dentro del orden histórico hasta nuestros días. Intentaré explicar
a grandes rasgos lo que venía a decir él y la conclusión que saqué yo del tema
en cuestión- cegado o no por mi inquietud y ansias de investigar sobre todo lo
que tenga que ver con movimientos revolucionarios y darle a los sucesos
históricos una aplicación de lucha de clases (creo que es innegable que
desde hace unos miles de años ésta ha estado presente en el devenir del hombre).
desde hace unos miles de años ésta ha estado presente en el devenir del hombre).
El
profesor en cuestión hablaba como de costumbre en esa asignatura del teatro del
Siglo de Oro y reflexionaba sobre el papel que tenía el teatro en esa época en
la sociedad, ya que estaba hecho por y para la aristocracia del momento, es
decir, para los nobles y pudientes de la época (en dónde también estaba la
iglesia). Este tipo de teatro daba una concepción de la realidad muy diferente
de la real, puesto que en él se trataban muchos temas de una forma en la que
los nobles eran los beneficiados y dignos de alabar debido a su gran
comportamiento moral; y dónde los criados y demás representaban la bajeza moral
y sin escrúpulos. Esto provocaba que las clases populares vieran estos
comportamientos como dignos de admirar y fueran más que sumisos a la supuesta
realidad que transmitían esas representaciones.
Dicho profesor comparó las semejanzas
de esa situación con la actual de la televisión de hoy día, en la cual la forma de comportarse- haciendo un burdo espéctaculo de cualquier cosa- de gente sin escrúpulo (famosillos de pacotillas, políticos
y demás) consiguen día a día que las clases populares sigan creyendo que esa es
la realidad y que ese es el comportamiento que hay que adoptar ante la vida. A
partir de aquí yo he sacado muchas conjeturas al tema, ya que sigo creyendo que
ese espectáculo al cual nos someten (deportes, política, famosos…) de forma
banal, para que ocupemos el tiempo en cosas sin sustancia y nos preocupemos de mitos
que poco tendrían que ver con nuestras preocupaciones verdaderas, es una
perpetuación de clase, es decir, para que la clase dominante pueda seguir
disfrutando de sus privilegios tiene que hacer ver a la otra clase (popular)
que nada puede hacer para cambiar su situación nada más que aspirar- e
idolatrar a su vez esos privilegios - a poder ser como la clase dominante. Todo
esto forma parte de la ya mencionada lucha de clases y lo que he explicado es
una táctica de la clase aristocrática para deformar la realidad y a su vez,
tener ocupada en cosas sin fondo a la clase popular.
Con esto lo que consiguen entre otras cosas-
y en mi opinión es uno de los logros más efectivos que consiguen- es que las
propias clases populares, aparte de que se adormecen y se resignan a lo que les
ha tocado vivir, sean las que defienden a capa y espada a la clase dominante
ante cualquier ataque que pueda venir dirigido de la clase popular a la
dominante. Para ilustrar mejor este complicado concepto me remito a una frase
del grandísimo Malcolm X que dice: "Si no estáis prevenidos ante los
Medios de Comunicación, os harán amar al opresor y odiar al oprimido".
Rubén
Morgado Vecina
Interesante reflexión entre los medios de desinformación, y la lucha de clases. Como decía don Julio Anguita: "Es como una droga que te duerme y te dice no hagas nada, que sino va a ser peor". Lo que considero que los seres humanos al igual que otros animales, se adaptan al entorno en el que viven, y llega un punto que la dosis desinformativa va a dejar de hacer efecto, bueno de hecho ya se ven obligados en algunas situaciones a aumentarla, como durante el 15M, elecciones, robos aborbonados y políticos, prima de riesgo,deuda soberana, etc. Luego en navidad, se dedican a clavarnosla y nosotros apaciguados por los medíos durante ese periodo, ni nos inmutamos. Pregunto: ¿Creéis que nos llegaremos a acostumbrar de tal modo a la noticias que no cumplirá el efecto imnótico, o creéis que cómo el virus de la gripe ésta mutará contuniamente?
ResponderEliminarBuen trabajo compañero, Anon236.
Desde el "pan y circo" de los emperadores romanos hasta el "toros y fútbol" actual, la ignorancia y lo llano del pueblo han sido sometidos al poder. Hace tiempo que lo llaman democracia y no es más que los privilegios que tiene la autoridad para seguir siendo autoridad (gobiernos, bancos, mercados). Las personas pasaron a ser individuos y asi trabajar para el sistema. Votar es aceptar lo perverso del mismo. Los ciudadanos quedan enfrentados, por ejemplo, con la ley antitabaco tu fumas en un bar y alguien te puede denunciar, si vendes melones que tu has sembrado sin el invento de la licencia, alguien te puede denunciar, etc. La gente acepta lo que dicen los politicos sin pensar en las consecuencias y los recortes de libertades.
ResponderEliminarEl ciudadano de a pie intenta imitar al poderoso porque se cree tonto si no lo hace, de esta manera todo el mundo que tiene un negocio pide por su boca, haciendo más miserable al miserable, mientras ellos ríen y se ríen desde sus púlpitos. La construcción sin límites es un buen ejemplo de todo esto, mientras había trabajo nadie protestaba, ahora que no lo hay todos protestan. No hay conciencia social, sólo individualismo y eso es sabido por quienes manejan los hilos que no dudan en utilizarlo como arma arrojadiza.
Los gobiernos enfrentan a los distintos gremios mientras ellos buscan paraisos fiscales, las distintas religiones controlan la fe.
La crisis es un invento para bobos, el miedo hace el resto. La reflexión es nula. Drogas de diseño (medicamentos incluidos)y desinformación alimentan la torpeza del esclavo-ciudadano. Trabajos basura e hipotecas absurdas son los eslabones de una cadena que oprime cada vez más.